Lee Nuestra Noticias Destacada

6/recent/ticker-posts

Porque no puedo orar ( barreras de la oracion)

7 razones por las que se te hace difĂ­cil orar. Una de las razones principales por las cuales se te dificulta orar es porque tu amor por Dios es tibio y esto se da porque en realidad no conoces a Dios ni a ti mismo bĂ­blicamente. Cuando nuestro amor por Dios se vuelve tibio, esto lo que quiere decir, es que nosotros no estamos al 100%, no estamos dando el 100% en nuestra relaciĂłn con Dios, sino que tenemos esta relaciĂłn al menos no le damos la importancia que realmente merece, y no tenemos a Dios en primer lugar, es como dice en Apocalipsis 2 JesĂşs está hablando con la iglesia de Ă©feso y les dice que ellos han dejado su primer amor. Y al parecer esta iglesia estaba haciendo buenas obras, se estaba trabajando en la obra de Dios, sin embargo, habĂ­a perdido el primer amor. Y nosotros muchas veces decimos que amamos a Dios pero lamentablemente no le dedicamos el tiempo a nuestra relaciĂłn con Ă©l, no le damos esa importancia a la oraciĂłn, no le damos importancia muchas veces a la lectura de la palabra, porque a veces estamos muy ocupados, estamos haciendo diferentes cosas, pero cuando tenemos a Dios en primer lugar todo lo demás queda en un segundo plano. AsĂ­ que no importa si nosotros vamos a la iglesia y pĂşblicamente estamos teniendo una relaciĂłn con Dios, cuando la realidad en nuestra intimidad no lo estamos haciendo. Es por esta razĂłn que se nos hace difĂ­cil orar, porque no lo tenemos en primer lugar, no tenemos a Dios como el centro, como les decĂ­a no le pedimos al EspĂ­ritu Santo que Ă©l dirija a nuestra oraciĂłn, que sea el que dirija nuestras vidas, para que entonces orar para nosotros sea un deleite. Porque lamentablemente todas las obras que nosotros podamos hacer son en vano si no tenemos amor hacia Dios y si realmente no demostramos ese amor. Amar a Dios no se trata de hacer cosas sino de mantener una relaciĂłn diaria con Él. TambiĂ©n se nos hace difĂ­cil orar porque no conocemos a Dios de verdad. Hay muchos aspectos del carácter de Dios que nosotros necesitamos conocer. Estos aspectos afectan la forma en que nosotros vemos a Dios, afecta la forma en que nosotros vemos incluso al mundo, la vida cristiana, incluso cĂłmo nos vemos a nosotros mismos delante de Dios, y con la biblia con la palabra de Dios es que nosotros podemos realmente ver todo esto, podemos conocer a Dios, podemos conocer los atributos de Dios, quiĂ©n es Dios, cĂłmo es Ă©l. Entonces cuando nosotros sabemos quiĂ©n es Dios, cĂłmo es el, que Ă©l hace, que Ă©l ha hecho, que Ă©l va a hacer, entonces esto provoca en nosotros adoraciĂłn, provoca en nosotros gratitud, porque nosotros alabanza, entonces se nos hace mucho más fácil venir ante Ă©l agradecidos, adorándole, alabándole, orando, pidiĂ©ndole, porque Ă©l es nuestro padre pero agradeciĂ©ndole por todo lo que nos ha dado, pero esto es porque lo hemos conocido a travĂ©s de su palabra. Dice la palabra que JesĂşs nos ha revelado al padre, y la biblia es la que nos habla de JesĂşs.Pero entonces cuando nosotros realmente no conocemos a Dios nuestra percepciĂłn de Ă©l no es la correcta, es como si estuviĂ©ramos tratando de tener una relaciĂłn con alguien que no conocemos. No vamos a poder adorarlo porque no sabemos quiĂ©n es Ă©l, no vamos a poder agradecerle porque no sabemos lo que Ă©l ha hecho por nosotros, tampoco vamos a poder confiar en Ă©l porque simplemente no lo conocemos, asĂ­ que como nosotros conocemos a Dios esto afecta a nuestra vida de oraciĂłn, mientras más nosotros conocemos a Dios, nuestra relaciĂłn con Ă©l y nuestra oraciĂłn se vuelve más profunda, se vuelve más verdadera, más real, más viva, porque entendemos que no somos nada sin Dios. Como dijo David, ¿a quien tengo yo en los cielos sino a ti? y fuera de ti nada deseo en la tierra. TambiĂ©n se nos puede hacer difĂ­cil orar porque no nos conocemos a nosotros mismos bĂ­blicamente. AsĂ­ mismo como al nosotros desconocer a Dios esto puede afectar nuestra vida de oraciĂłn, asĂ­ tambiĂ©n el desconocernos a nosotros mismos segĂşn la palabra de Dios, esto tambiĂ©n afecta nuestra oraciĂłn. Debemos entender que nosotros somos hijos de Dios, somos sus criaturas pero a la misma vez nosotros tenemos una naturaleza pecaminosa y necesitamos a Dios, necesitamos rendirnos ante Ă©l, reconocer que no somos nada sin Ă©l. Cuando sabemos que no somos nada sin Dios entonces será mucho más fácil orar, no podemos vivir creyendo que somos autosuficientes, ni creer que todo lo podemos hacer nosotros, no podemos ser independientes de Dios, debemos depender de Dios. Cuando nosotros comenzamos a pensar como el mundo, entonces podemos elegir caminos que a nuestro parecer son caminos de bien pero que en realidad son caminos de muerte. Otra razĂłn por la que se nos hace difĂ­cil orar es porque perdemos nuestro enfoque, y esto lleva a no tener en orden nuestras prioridades. Como creyentes nosotros vivimos en una sociedad que está rechazando a Dios completamente, y nosotros estamos en este mundo aunque nosotros no seamos de este mundo. AsĂ­ que tenemos que ser sal y luz. Lamentablemente este sistema tiene cegado a todo el mundo, y eso sucede tanto con los que no son creyentes como tambiĂ©n con los creyentes que se dejan arrastrar por la corriente. Por esta razĂłn la palabra nos dice en Romanos 12:2 "no os conformĂ©is a este siglo, sino transformaos por medio de la renovaciĂłn de vuestro entendimiento, para que comprobĂ©is cuál sea la buena voluntad de Dios agradable y perfecta. AquĂ­ Pablo nos está diciendo que no nos amoldemos a la corriente de Ă©ste mundo, sino que renovemos nuestra mente para que seamos transformados en nuestra manera de pensar, y no solamente nuestra manera de pensar sino tambiĂ©n como nosotros sentimos, como nosotros decidimos las cosas y asĂ­ vamos a poder experimentar que la voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta. TambiĂ©n nos dice en Efesios 4:22-23 "en cuanto a la pasada manera de vivir, despojados del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos y renovaos en el espĂ­ritu de vuestra mente y vestĂ­os del nuevo hombre, creado segĂşn Dios en la justicia y santidad de la verdad." Para que nosotros podamos vivir conforme a la voluntad de Dios nuestros pensamientos deben de estar alineados con la palabra de Dios. Es como nos dice tambiĂ©n JesĂşs en la palabra: santifĂ­calos en tu verdad, tu palabra es la verdad. La verdad es la palabra de Dios. Debemos vaciar nuestra mente de las cosas de este mundo y llenar nuestra mente con la palabra de Dios, vaciar nuestra mente de todas estas cosas que nosotros consumimos diariamente que no provienen de Dios y nos pueden alejar de Ă©l. Estas cosas que suceden a nuestro alrededor pueden desconcentrarnos y hacernos más difĂ­cil el mantener una vida de oraciĂłn. Es por esta razon que como cristianos nosotros debemos tener nuestras prioridades en el orden correcto. Cuando nosotros dejamos de orar, cuando nosotros dejamos de buscar a Dios es porque no tenemos esto como una prioridad en nuestra vida, y puede ser que tengamos muchas otras cosas como prioridad antes que nuestra relaciĂłn con Dios. Pero sabemos que debe ser todo lo contrario y lo sabemos pero no actuamos conforme a esto. Es como dice en MalaquĂ­as 1:8 y cuando ofrecĂ©is el animal ciego para el sacrificio, ¿no es malo? Asimismo cuando ofrecĂ©is el cojo o el enfermo, ¿no es malo? presĂ©ntalo, pues, a tu prĂ­ncipe: ¿acaso se agradará de ti o le serás aceptĂł? dice Jehová de los ejĂ©rcitos. AquĂ­ MalaquĂ­as nos está diciendo que a Dios le tenemos que dar lo mejor, que no podemos ir a Dios con lo peor que tenemos o con cualquier cosa sino con lo mejor, con buenas intenciones, con un corazĂłn limpio, con el corazĂłn puro, como un corazĂłn agradable a Ă©l, Ă©l quiere nuestro mejor tiempo. Que nosotros no estemos desesperados por terminar de orar, sino pasar un tiempo agradable en su presencia y que sea nuestro deleite estar en su presencia. Otra de las razones principales por las cuales se te hace difĂ­cil orar es porque usas tu propio esfuerzo y esto tambiĂ©n te lleva a orar con tus propios sentimientos. Cuando nosotros oramos necesitamos la ayuda del EspĂ­ritu Santo. Necesitamos que Él dirija nuestra oraciĂłn porque con nuestras propias fuerzas será muy difĂ­cil. Nos podemos dar cuenta que estamos orando con nuestro propio esfuerzo cuando nosotros estamos batallando para orar, no sabemos quĂ© decir, estamos muy cansados, nos quedamos dormidos, nos ponemos a pensar en otras cosas que no tienen nada que ver, pero cuando el EspĂ­ritu Santo es quien nos dirige en oraciĂłn sucede todo lo contrario, todo fluye mejor, podemos sentir que es el EspĂ­ritu Santo el que nos guĂ­a en la oraciĂłn, y podemos sentir como decimos cosas, y pedimos cosas al padre que normalmente no pedirĂ­amos, y esto es porque el EspĂ­ritu Santo quien es quien está dirigiendo nuestra oraciĂłn, sabe pedir como conviene al Padre, y pide conforme a su voluntad. Cuando nosotros usamos nuestro propio esfuerzo y nuestra propia capacidad humana para nosotros orar, lamentablemente el EspĂ­ritu Santo no puede dirigir nuestra oraciĂłn, es por esta razĂłn que debemos rendirnos completamente, entregarle todo al EspĂ­ritu Santo para que sea Él el que nos guĂ­e. Cuando nosotros hacemos esto el EspĂ­ritu Santo nos va a dar ánimos y nos va a dar fuerzas para nosotros orar, nos va a dar ese deseo de orar que nosotros no tenemos, y ya no vamos a sentir esas distracciones sino que vamos a estar enfocados en la oraciĂłn. Algo muy clave para que nosotros siempre nos dejemos dirigir por el EspĂ­ritu Santo en la oraciĂłn es permanecer en JesĂşs. JesĂşs dijo que si nosotros permanecemos en Ă©l y sus palabras permanecen en nosotros, vamos a pedir lo que queramos al padre y lo vamos a obtener. Esto lo que quiere decir es que si nosotros permanecemos en sus palabras, en obediencia, el EspĂ­ritu Santo siempre nos va a dirigir en oraciĂłn y por lo tanto siempre vamos a pedir conforme a su voluntad, porque es el EspĂ­ritu Santo quien está dirigiendo nuestra oraciĂłn, y si pedimos conforme a su voluntad Ă©l nos oye. Algo que sucede mucho cuando nosotros oramos con nuestras propias fuerzas es que nos amparamos en nuestros sentimientos, por ejemplo, es muy probable que si nosotros nos sentimos mal no vamos a orar, pero nosotros debemos orar a pesar de nuestros sentimientos, a pesar de que no tenemos ánimos porque la oraciĂłn tambiĂ©n es un acto de obediencia. Cuando nosotros oramos tenemos que poner nuestros sentimientos en un segundo plano, y tenemos que orar a pesar de nuestros sentimientos, asĂ­ que no importa como nos sintamos, el espĂ­ritu siempre va a querer hablar con Dios es como dice JesĂşs, el espĂ­ritu a la verdad está dispuesto pero la carne es dĂ©bil, y casi siempre empezamos a orar en la carne o con nuestras propias fuerzas, sin embargo lo hacemos en obediencia, lo hacemos a pesar de nuestros sentimientos, y lo hacemos sabiendo que tenemos que hacerlo, entonces sentimos ese impulso del EspĂ­ritu Santo de orar. Cuando nosotros oramos siendo dirigidos por el EspĂ­ritu Santo podemos sentir esta libertad y podemos sentir como todo fluye en la oraciĂłn, e incluso estamos tan enfocados en la oraciĂłn que ni siquiera queremos dejar de orar, esto hace que nosotros nos sintamos más cerca de Dios y que cada vez se nos haga mucho más fácil orar, porque como les dije, el EspĂ­ritu Santo va a poner el deseo en nosotros, va a poner el ánimo de hacerlo. Hicimos un vĂ­deo sobre cĂłmo orar cuando no quieres orar, te voy a dejar el link abajo en la secciĂłn de comentarios y tambiĂ©n por aquĂ­ en la tarjeta para que vayas y lo veas. Otra razĂłn por la cual se te dificulta orar es por el pecado. Nosotros sabemos que Dios es santo, por esta razĂłn cuando nosotros pecamos si no nos arrepentimos esto literalmente interrumpe nuestra relaciĂłn con Dios, interrumpe nuestra comuniĂłn con Ă©l, entonces si le damos larga esto y no nos arrepentimos, cada dĂ­a se nos va a ser mucho más difĂ­cil orar, cada dĂ­a se nos va a ser mucho más difĂ­cil buscar a Dios. Como dice el Salmo 66:18 "si en mi corazĂłn hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me hubiera escuchado". Necesitamos quitar el pecado del medio para poder tener una buena relaciĂłn con Dios. Pero Ă©l nos dice que Ă©l es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad si nosotros nos arrepentimos. AsĂ­ que tenemos que confesar todo lo que tenemos en nuestro corazĂłn, porque asĂ­ entonces vamos a poder disfrutar de una comuniĂłn con Dios sin ningĂşn tipo de interrupciĂłn. Y es que como humanos siempre que nosotros sabemos que tenemos que hacer algo que nos va a acercar a Dios se nos hace difĂ­cil hacerlo, y esto es porque estamos en la carne, muchas veces no oramos porque simplemente el pecado nos aleja de hacerlo, y cuando nosotros preferimos estar en pecado en vez de arrepentirnos entonces Dios no va a escuchar nuestra oraciĂłn. En IsaĂ­as 1:15 dice: "cuando levantan sus manos yo aparto de ustedes mis ojos, aunque multipliquen sus oraciones no las escucharĂ©, pues tienen las manos llenas de sangre". O sea, ellos estaban en pecado y estaban alabando a Dios, pero Dios no escuchaba sus oraciones. Si nosotros sabemos que tenemos que hacer algo y no lo hacemos pecamos, y sabemos que tenemos que arrepentirnos y no lo hacemos entonces lamentablemente Dios no va a escuchar nuestra oraciĂłn, y cada vez se nos va a ser más difĂ­cil orar porque vamos a sentir que Dios no nos está escuchando, y es verdad que Dios no nos está escuchando. Y esto nos lleva a la razĂłn nĂşmero 5, se nos dificulta orar porque creemos que Dios no escucha nuestras oraciones. La palabra de Dios nos dice que hay situaciones en las cuales Dios no escucha nuestras oraciones, tambiĂ©n podemos ver en Santiago que dice pides y no recibes porque pides mal para gastar en sus deleites, cuando yo hablo de escuchar la oraciĂłn me refiero a que Dios responda a la oraciĂłn, lo que quiere decir esto es, que si nosotros no pedimos conforme a la voluntad de Dios Ă©l no nos va a oĂ­r. Porque la palabra de Dios dice si pedimos conforme a su voluntad Ă©l nos oye, o sea Ă©l hace lo que tiene que hacer, Ă©l responde nuestra oraciĂłn porque estamos pidiendo conforme a su voluntad, y como les decĂ­a la Ăşnica forma de hacer esto es cuando somos guiados por el EspĂ­ritu Santo en la oraciĂłn. Dice la biblia en Salmos 34:15 los ojos de Jehová están sobre los justos, y atentos sus oĂ­dos al clamor de ellos. AquĂ­ nos está diciendo que Dios tiene sus oĂ­dos inclinados hacia el clamor de los justos, o sea que si nosotros somos justos, si nosotros amamos a Dios, si nosotros obedecemos a Dios, Ă©l nos escucha y cumple nuestras peticiones segĂşn su voluntad. Nos dice que aquĂ­ mismo en el versĂ­culo 17 "clamaron los justos y Jehová los oyĂł, los librĂł de todas sus angustias. En Santiago 5:16 "la oraciĂłn eficaz del justo puede mucho". Dice en Proverbios 15:29 "Jehová oye la oraciĂłn de los justos". Por aquĂ­ en la tarjeta te voy a dejar un vĂ­deo sobre cĂłmo recibir siempre lo que le estás pidiendo a Dios, y cuál es esa oraciĂłn que Dios no responde. Hay veces que no es que Dios no escucha nuestra oraciĂłn, sino que nos hace esperar por su respuesta, y esto sucede por diferentes razones, una de las razones por las cuales sucede esto que Dios nos hace esperar por su respuesta, es para el mostrarnos su bondad, para Ă©l glorificarse, porque Dios no nos da todo lo que nosotros queremos siempre que lo queremos, sino que Ă©l nos da todo lo que necesitamos. Otra razĂłn por la que Dios nos hace esperar tambiĂ©n es para desarrollar nuestro carácter, para hacernos más fuerte, para fortalecernos en la fe, y tambiĂ©n para prepararnos para que nosotros podamos recibir la bendiciĂłn que Él nos quiere dar. Y claro tambiĂ©n para que nosotros podamos mostrar nuestra fidelidad a Él. Muchas veces estamos pasando por una situaciĂłn difĂ­cil y oramos a Dios y no salimos de esa situaciĂłn, pero eso es porque Dios está viendo si nosotros vamos a seguir siendo fieles a su palabra, si nosotros le vamos a seguir permaneciendo fiel. AsĂ­ que si estás pasando por una situaciĂłn y le estás pidiendo algo a Dios y no lo has recibido, es muy probable que Dios estĂ© probando tu fe asĂ­ que mantente teniendo fe, y confiando en Dios y siĂ©ndole fiel. Cuando la palabra de Dios nos dice en Mateo 21:22 "y todo lo que pidieres en oraciĂłn creyendo lo recibirĂ©is", esto nos está diciendo que si nosotros realmente tenemos fe y creemos en Dios, entonces vamos a estar lo suficientemente disponibles para esperar hasta que Ă©l nos responda. Y no importará cuánto tiempo tarda en responder porque sabemos que todas las cosas nos ayudan a bien. El Salmo 34:10 dice los leoncillos necesitan y tienen hambre, pero los que buscan Jehová no tendrán falta de ningĂşn bien. AsĂ­ que nunca nos faltará nada si estamos con Dios, y Dios nunca rechaza un corazĂłn humillado. Él siempre va a responder la oraciĂłn de arrepentimiento, Él nunca va a rechazar esta oraciĂłn, esta es la oraciĂłn que Dios siempre contesta. Otra razĂłn por la que se te hace difĂ­cil orar es porque eres inconstante. Es difĂ­cil orar cuando no tenemos disciplina, no sĂ© si alguna vez les ha pasado que mientras menos oran menos ganas tienen de hacerlo, pero mientras más oras, más ganas, más deseos, tienes de orar, y se te hace mucho más fácil orar. Cuando nosotros somos inconstantes en la oraciĂłn es porque no lo hacemos continuamente, muchas veces se nos olvida orar o oramos hoy y mañana no oramos, oramos cuando nos acordamos, JesĂşs siempre nos enseñó que pasar tiempo a solas con Dios era una prioridad para Él. JesĂşs siempre se apartaba solo a hablar con su Padre. Y nos enseñó a poner nuestras prioridades en su lugar y a poner a Dios en primer lugar. Tenemos que tener la oraciĂłn como algo continuo, no solamente orar por situaciones especĂ­ficas que nos pasen, orar cuando estemos pasándola mal, sino tener esta relaciĂłn con Dios diariamente y continuamente. Para poder ser constantes en la oraciĂłn necesitamos ser comprometidos y tener disciplina, y para nosotros puede realmente estar comprometidos con la oraciĂłn tenemos que tomar una decisiĂłn firme. Porque en realidad no podemos ser constantes en la oraciĂłn si nosotros no nos proponemos a hacerlo, sino tomamos esta decisiĂłn y no tenemos disciplina para cumplirlo. Debemos recordar que a travĂ©s de la oraciĂłn es como nosotros vamos a vencer las tentaciones. JesĂşs nos dijo quĂ© velemos y oremos para que no entremos en tentaciĂłn, y la oraciĂłn se vuelve tan difĂ­cil porque en realidad la oraciĂłn es una disciplina. Cuando nosotros tenemos disciplina nosotros podemos obligar a nuestra carne a hacer lo que no quiere hacer, si nosotros no queremos orar pero tenemos disciplina lo vamos a hacer aunque no queramos, y mientras más lo hacemos, mientras más disciplinados somos mucho más fácil se nos va a hacer orar y es como un Boomerang, cuando nosotros somos comprometidos el EspĂ­ritu Santo nos va a guiar en la oraciĂłn, cuando el EspĂ­ritu Santo no guĂ­a en la oraciĂłn entonces se nos hace más fácil orar y mantenernos en constante comuniĂłn con Dios. Otra razĂłn por la cual se te dificulta orar es porque tienes muchas distracciones. Una de las cosas que nos hace tan difĂ­cil orar es todas las distracciones que tenemos a nuestro alrededor, muchas veces empezamos a orar con el celular cerca, eso nos dificulta la oraciĂłn, muchas veces tenemos cosas en nuestra mente que nos distraen, que tenemos que despejar nuestra mente antes de orar. AsĂ­ que debemos dejar las distracciones y la pereza y entender que muchas veces no oramos no es por falta de tiempo sino por falta de disposiciĂłn. Y porque realmente no hemos puesto a Dios como una prioridad de nuestras vidas. Algo muy importante tambiĂ©n es que necesitamos la palabra, cuando nosotros tenemos la palabra y la estudiamos, la leemos, la misma palabra de Dios va a producir fe en nosotros, y cada vez más nos va a dar impulso para nosotros orar, se nos va a ser mucho más fácil orar cuando nosotros estamos en constante contacto con la palabra de Dios. Esto va a producir más deseo en nosotros de orar. Y recordar tambiĂ©n queremos orar para que Dios nos ayude a orar para que ellos nos dĂ© esa fuerza, ese ánimo, para que el EspĂ­ritu Santo venga y dirija nuestra oraciĂłn, para que Él nos guĂ­e en la oraciĂłn, en nuestra vida, que nos ayude a ser obedientes, a permanecer en Ă©l, en su palabra, y saber que su voluntad es la que se va a hacer en nuestras vidas. No te olvides de descargar mi libro devocional y suscrĂ­bete a nuestro canal

Publicar un comentario

0 Comentarios