7 razones por las que se te hace difĂcil orar.
Una de las razones principales por las cuales se te dificulta orar es porque tu amor por
Dios es tibio y esto se da porque en realidad no conoces a Dios ni a ti mismo bĂblicamente. Cuando
nuestro amor por Dios se vuelve tibio, esto lo que quiere decir, es que nosotros no estamos al
100%, no estamos dando el 100% en nuestra relaciĂłn con Dios, sino que tenemos esta relaciĂłn al menos
no le damos la importancia que realmente merece, y no tenemos a Dios en primer lugar, es como dice
en Apocalipsis 2 Jesús está hablando con la iglesia de éfeso y les dice que ellos han dejado
su primer amor. Y al parecer esta iglesia estaba haciendo buenas obras, se estaba trabajando en la
obra de Dios, sin embargo, habĂa perdido el primer amor. Y nosotros muchas veces decimos que amamos
a Dios pero lamentablemente no le dedicamos el tiempo a nuestra relación con él, no le damos esa
importancia a la oraciĂłn, no le damos importancia muchas veces a la lectura de la palabra, porque
a veces estamos muy ocupados, estamos haciendo diferentes cosas, pero cuando tenemos a Dios en
primer lugar todo lo demás queda en un segundo plano. Asà que no importa si nosotros vamos a la iglesia y
pĂşblicamente estamos teniendo una relaciĂłn con Dios, cuando la realidad en nuestra intimidad no lo
estamos haciendo. Es por esta razĂłn que se nos hace difĂcil orar, porque no lo tenemos en primer lugar,
no tenemos a Dios como el centro, como les decĂa no le pedimos al EspĂritu Santo que Ă©l dirija a
nuestra oraciĂłn, que sea el que dirija nuestras vidas, para que entonces orar para nosotros sea
un deleite. Porque lamentablemente todas las obras que nosotros podamos hacer son en vano
si no tenemos amor hacia Dios y si realmente no demostramos ese amor. Amar a Dios no se trata de
hacer cosas sino de mantener una relaciĂłn diaria con Él. TambiĂ©n se nos hace difĂcil orar porque no
conocemos a Dios de verdad. Hay muchos aspectos del carácter de Dios que nosotros necesitamos conocer.
Estos aspectos afectan la forma en que nosotros vemos a Dios, afecta la forma en que nosotros
vemos incluso al mundo, la vida cristiana, incluso cĂłmo nos vemos a nosotros mismos delante de Dios,
y con la biblia con la palabra de Dios es que nosotros podemos realmente ver todo esto, podemos
conocer a Dios, podemos conocer los atributos de Dios, quién es Dios, cómo es él. Entonces cuando
nosotros sabemos quién es Dios, cómo es el, que él hace, que él ha hecho, que él va a hacer, entonces esto
provoca en nosotros adoraciĂłn, provoca en nosotros gratitud, porque nosotros alabanza, entonces se nos
hace mucho más fácil venir ante él agradecidos, adorándole, alabándole, orando, pidiéndole, porque
él es nuestro padre pero agradeciéndole por todo lo que nos ha dado, pero esto es porque lo hemos
conocido a través de su palabra. Dice la palabra que Jesús nos ha revelado al padre, y la biblia es
la que nos habla de JesĂşs.Pero entonces cuando nosotros realmente no conocemos a Dios nuestra
percepción de él no es la correcta, es como si estuviéramos tratando de tener una relación con
alguien que no conocemos. No vamos a poder adorarlo porque no sabemos quién es él, no vamos a poder
agradecerle porque no sabemos lo que él ha hecho por nosotros, tampoco vamos a poder confiar en él
porque simplemente no lo conocemos, asĂ que como nosotros conocemos a Dios esto afecta a nuestra
vida de oración, mientras más nosotros conocemos a Dios, nuestra relación con él y nuestra oración
se vuelve más profunda, se vuelve más verdadera, más real, más viva, porque entendemos que no somos
nada sin Dios. Como dijo David, ¿a quien tengo yo en los cielos sino a ti? y fuera de ti nada deseo
en la tierra. TambiĂ©n se nos puede hacer difĂcil orar porque no nos conocemos a nosotros mismos
bĂblicamente. AsĂ mismo como al nosotros desconocer a Dios esto puede afectar nuestra vida de oraciĂłn,
asà también el desconocernos a nosotros mismos según la palabra de Dios, esto también afecta
nuestra oraciĂłn. Debemos entender que nosotros somos hijos de Dios, somos sus criaturas pero a
la misma vez nosotros tenemos una naturaleza pecaminosa y necesitamos a Dios, necesitamos
rendirnos ante él, reconocer que no somos nada sin él. Cuando sabemos que no somos nada sin Dios entonces
será mucho más fácil orar, no podemos vivir creyendo que somos autosuficientes, ni creer
que todo lo podemos hacer nosotros, no podemos ser independientes de Dios, debemos depender de
Dios. Cuando nosotros comenzamos a pensar como el mundo, entonces podemos elegir caminos que a
nuestro parecer son caminos de bien pero que en realidad son caminos de muerte. Otra razĂłn por
la que se nos hace difĂcil orar es porque perdemos nuestro enfoque, y esto lleva a no tener en orden
nuestras prioridades. Como creyentes nosotros vivimos en una sociedad que está rechazando a
Dios completamente, y nosotros estamos en este mundo aunque nosotros no seamos de este mundo.
AsĂ que tenemos que ser sal y luz. Lamentablemente este sistema tiene cegado a todo el mundo, y eso
sucede tanto con los que no son creyentes como también con los creyentes que se dejan arrastrar
por la corriente. Por esta razón la palabra nos dice en Romanos 12:2 "no os conforméis a este siglo,
sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea
la buena voluntad de Dios agradable y perfecta. Aquà Pablo nos está diciendo que no nos amoldemos
a la corriente de éste mundo, sino que renovemos nuestra mente para que seamos transformados en nuestra
manera de pensar, y no solamente nuestra manera de pensar sino también como nosotros sentimos, como
nosotros decidimos las cosas y asĂ vamos a poder experimentar que la voluntad de Dios es buena,
agradable y perfecta. También nos dice en Efesios 4:22-23 "en cuanto a la pasada manera de vivir,
despojados del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos y renovaos
en el espĂritu de vuestra mente y vestĂos del nuevo hombre, creado segĂşn Dios en la justicia y
santidad de la verdad." Para que nosotros podamos vivir conforme a la voluntad de Dios nuestros
pensamientos deben de estar alineados con la palabra de Dios. Es como nos dice también Jesús en
la palabra: santifĂcalos en tu verdad, tu palabra es la verdad. La verdad es la palabra de Dios.
Debemos vaciar nuestra mente de las cosas de este mundo y llenar nuestra mente con la palabra de
Dios, vaciar nuestra mente de todas estas cosas que nosotros consumimos diariamente que no provienen
de Dios y nos pueden alejar de él. Estas cosas que suceden a nuestro alrededor pueden desconcentrarnos
y hacernos más difĂcil el mantener una vida de oraciĂłn. Es por esta razon que como cristianos
nosotros debemos tener nuestras prioridades en el orden correcto. Cuando nosotros dejamos de orar,
cuando nosotros dejamos de buscar a Dios es porque no tenemos esto como una prioridad en nuestra vida,
y puede ser que tengamos muchas otras cosas como prioridad antes que nuestra relaciĂłn con
Dios. Pero sabemos que debe ser todo lo contrario y lo sabemos pero no actuamos conforme a esto. Es
como dice en MalaquĂas 1:8 y cuando ofrecĂ©is el animal ciego para el sacrificio, ¿no es malo?
Asimismo cuando ofrecĂ©is el cojo o el enfermo, ¿no es malo? presĂ©ntalo, pues, a tu prĂncipe: ¿acaso
se agradará de ti o le serás aceptĂł? dice Jehová de los ejĂ©rcitos. AquĂ MalaquĂas nos está diciendo
que a Dios le tenemos que dar lo mejor, que no podemos ir a Dios con lo peor que tenemos o con cualquier cosa
sino con lo mejor, con buenas intenciones, con un corazĂłn limpio, con el corazĂłn puro, como un corazĂłn
agradable a él, él quiere nuestro mejor tiempo. Que nosotros no estemos desesperados por
terminar de orar, sino pasar un tiempo agradable en su presencia y que sea nuestro deleite estar
en su presencia. Otra de las razones principales por las cuales se te hace difĂcil orar es porque
usas tu propio esfuerzo y esto también te lleva a orar con tus propios sentimientos. Cuando nosotros
oramos necesitamos la ayuda del EspĂritu Santo. Necesitamos que Él dirija nuestra oraciĂłn porque
con nuestras propias fuerzas será muy difĂcil. Nos podemos dar cuenta que estamos orando
con nuestro propio esfuerzo cuando nosotros estamos batallando para orar, no sabemos qué
decir, estamos muy cansados, nos quedamos dormidos, nos ponemos a pensar en otras cosas que no tienen
nada que ver, pero cuando el EspĂritu Santo es quien nos dirige en oraciĂłn sucede todo lo
contrario, todo fluye mejor, podemos sentir que es el EspĂritu Santo el que nos guĂa en la oraciĂłn,
y podemos sentir como decimos cosas, y pedimos cosas al padre que normalmente no pedirĂamos, y
esto es porque el EspĂritu Santo quien es quien está dirigiendo nuestra oraciĂłn, sabe pedir como
conviene al Padre, y pide conforme a su voluntad. Cuando nosotros usamos nuestro propio esfuerzo
y nuestra propia capacidad humana para nosotros orar, lamentablemente el EspĂritu Santo no puede
dirigir nuestra oraciĂłn, es por esta razĂłn que debemos rendirnos completamente, entregarle todo
al EspĂritu Santo para que sea Él el que nos guĂe. Cuando nosotros hacemos esto el EspĂritu Santo nos va a dar ánimos y
nos va a dar fuerzas para nosotros orar, nos va a dar ese deseo de orar que nosotros no tenemos,
y ya no vamos a sentir esas distracciones sino que vamos a estar enfocados en la oraciĂłn. Algo
muy clave para que nosotros siempre nos dejemos dirigir por el EspĂritu Santo en la oraciĂłn es
permanecer en Jesús. Jesús dijo que si nosotros permanecemos en él y sus palabras permanecen en
nosotros, vamos a pedir lo que queramos al padre y lo vamos a obtener. Esto lo que quiere decir es
que si nosotros permanecemos en sus palabras, en obediencia, el EspĂritu Santo siempre nos
va a dirigir en oraciĂłn y por lo tanto siempre vamos a pedir conforme a su voluntad, porque es
el EspĂritu Santo quien está dirigiendo nuestra oraciĂłn, y si pedimos conforme a su voluntad Ă©l
nos oye. Algo que sucede mucho cuando nosotros oramos con nuestras propias fuerzas es que nos
amparamos en nuestros sentimientos, por ejemplo, es muy probable que si nosotros nos sentimos mal
no vamos a orar, pero nosotros debemos orar a pesar de nuestros sentimientos, a pesar de que
no tenemos ánimos porque la oración también es un acto de obediencia. Cuando nosotros oramos tenemos
que poner nuestros sentimientos en un segundo plano, y tenemos que orar a pesar de nuestros sentimientos, asĂ que
no importa como nos sintamos, el espĂritu siempre va a querer hablar con Dios es como dice JesĂşs,
el espĂritu a la verdad está dispuesto pero la carne es dĂ©bil, y casi siempre empezamos a orar
en la carne o con nuestras propias fuerzas, sin embargo lo hacemos en obediencia, lo hacemos a pesar
de nuestros sentimientos, y lo hacemos sabiendo que tenemos que hacerlo, entonces sentimos ese
impulso del EspĂritu Santo de orar. Cuando nosotros oramos siendo dirigidos por el EspĂritu Santo
podemos sentir esta libertad y podemos sentir como todo fluye en la oraciĂłn, e incluso estamos
tan enfocados en la oraciĂłn que ni siquiera queremos dejar de orar, esto hace que nosotros
nos sintamos más cerca de Dios y que cada vez se nos haga mucho más fácil orar, porque como les
dije, el EspĂritu Santo va a poner el deseo en nosotros, va a poner el ánimo de hacerlo. Hicimos
un vĂdeo sobre cĂłmo orar cuando no quieres orar, te voy a dejar el link abajo en la secciĂłn de
comentarios y también por aquà en la tarjeta para que vayas y lo veas. Otra razón por la cual se te
dificulta orar es por el pecado. Nosotros sabemos que Dios es santo, por esta razĂłn cuando nosotros
pecamos si no nos arrepentimos esto literalmente interrumpe nuestra relaciĂłn con Dios, interrumpe
nuestra comuniĂłn con Ă©l, entonces si le damos larga esto y no nos arrepentimos, cada dĂa se
nos va a ser mucho más difĂcil orar, cada dĂa se nos va a ser mucho más difĂcil buscar a Dios.
Como dice el Salmo 66:18 "si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me hubiera
escuchado". Necesitamos quitar el pecado del medio para poder tener una buena relaciĂłn con Dios. Pero
él nos dice que él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad
si nosotros nos arrepentimos. AsĂ que tenemos que confesar todo lo que tenemos en nuestro corazĂłn,
porque asĂ entonces vamos a poder disfrutar de una comuniĂłn con Dios sin ningĂşn tipo de interrupciĂłn.
Y es que como humanos siempre que nosotros sabemos que tenemos que hacer algo que nos
va a acercar a Dios se nos hace difĂcil hacerlo, y esto es porque estamos en la carne, muchas veces no
oramos porque simplemente el pecado nos aleja de hacerlo, y cuando nosotros preferimos estar en
pecado en vez de arrepentirnos entonces Dios no va a escuchar nuestra oraciĂłn. En IsaĂas
1:15 dice: "cuando levantan sus manos yo aparto de ustedes mis ojos, aunque multipliquen sus oraciones no las
escucharé, pues tienen las manos llenas de sangre". O sea, ellos estaban en pecado y estaban alabando a Dios,
pero Dios no escuchaba sus oraciones. Si nosotros sabemos que tenemos que hacer algo y no lo hacemos
pecamos, y sabemos que tenemos que arrepentirnos y no lo hacemos entonces lamentablemente Dios no va
a escuchar nuestra oraciĂłn, y cada vez se nos va a ser más difĂcil orar porque vamos a sentir que
Dios no nos está escuchando, y es verdad que Dios no nos está escuchando. Y esto nos lleva a la razón
nĂşmero 5, se nos dificulta orar porque creemos que Dios no escucha nuestras oraciones. La palabra de
Dios nos dice que hay situaciones en las cuales Dios no escucha nuestras oraciones, también podemos
ver en Santiago que dice pides y no recibes porque pides mal para gastar en sus deleites, cuando yo
hablo de escuchar la oraciĂłn me refiero a que Dios responda a la oraciĂłn, lo que quiere decir esto es,
que si nosotros no pedimos conforme a la voluntad de Dios Ă©l no nos va a oĂr. Porque la palabra de
Dios dice si pedimos conforme a su voluntad él nos oye, o sea él hace lo que tiene que hacer, él
responde nuestra oraciĂłn porque estamos pidiendo conforme a su voluntad, y como les decĂa la Ăşnica
forma de hacer esto es cuando somos guiados por el EspĂritu Santo en la oraciĂłn. Dice la biblia en
Salmos 34:15 los ojos de Jehová están sobre los justos, y atentos sus oĂdos al clamor de ellos.
AquĂ nos está diciendo que Dios tiene sus oĂdos inclinados hacia el clamor de los justos, o sea
que si nosotros somos justos, si nosotros amamos a Dios, si nosotros obedecemos a Dios, él nos escucha
y cumple nuestras peticiones segĂşn su voluntad. Nos dice que aquĂ mismo en el versĂculo 17 "clamaron los
justos y Jehová los oyó, los libró de todas sus angustias. En Santiago 5:16 "la oración eficaz del
justo puede mucho". Dice en Proverbios 15:29 "Jehová oye la oración de los justos". Por aquà en la tarjeta
te voy a dejar un vĂdeo sobre cĂłmo recibir siempre lo que le estás pidiendo a Dios, y cuál es esa
oraciĂłn que Dios no responde. Hay veces que no es que Dios no escucha nuestra oraciĂłn, sino que
nos hace esperar por su respuesta, y esto sucede por diferentes razones, una de las razones por
las cuales sucede esto que Dios nos hace esperar por su respuesta, es para el mostrarnos su bondad,
para él glorificarse, porque Dios no nos da todo lo que nosotros queremos siempre que lo queremos,
sino que él nos da todo lo que necesitamos. Otra razón por la que Dios nos hace esperar también
es para desarrollar nuestro carácter, para hacernos más fuerte, para fortalecernos en
la fe, y también para prepararnos para que nosotros podamos recibir la bendición que Él nos quiere dar. Y
claro también para que nosotros podamos mostrar nuestra fidelidad a Él. Muchas veces estamos
pasando por una situaciĂłn difĂcil y oramos a Dios y no salimos de esa situaciĂłn, pero eso es
porque Dios está viendo si nosotros vamos a seguir siendo fieles a su palabra, si nosotros le vamos a
seguir permaneciendo fiel. Asà que si estás pasando por una situación y le estás pidiendo algo a Dios
y no lo has recibido, es muy probable que Dios esté probando tu fe asà que mantente teniendo
fe, y confiando en Dios y siéndole fiel. Cuando la palabra de Dios nos dice en Mateo 21:22 "y todo
lo que pidieres en oración creyendo lo recibiréis", esto nos está diciendo que si nosotros realmente
tenemos fe y creemos en Dios, entonces vamos a estar lo suficientemente disponibles para
esperar hasta que él nos responda. Y no importará cuánto tiempo tarda en responder porque sabemos
que todas las cosas nos ayudan a bien. El Salmo 34:10 dice los leoncillos necesitan y tienen
hambre, pero los que buscan Jehová no tendrán falta de ningún bien. Asà que nunca nos faltará
nada si estamos con Dios, y Dios nunca rechaza un corazón humillado. Él siempre va a responder
la oración de arrepentimiento, Él nunca va a rechazar esta oración, esta es la oración que
Dios siempre contesta. Otra razĂłn por la que se te hace difĂcil orar es porque eres inconstante.
Es difĂcil orar cuando no tenemos disciplina, no sĂ© si alguna vez les ha pasado que mientras
menos oran menos ganas tienen de hacerlo, pero mientras más oras, más ganas, más deseos, tienes de orar, y
se te hace mucho más fácil orar. Cuando nosotros somos inconstantes en la oración es porque no lo hacemos
continuamente, muchas veces se nos olvida orar o oramos hoy y mañana no oramos, oramos cuando nos
acordamos, Jesús siempre nos enseñó que pasar tiempo a solas con Dios era una prioridad para Él. Jesús
siempre se apartaba solo a hablar con su Padre. Y nos enseñó a poner nuestras prioridades en su lugar y a
poner a Dios en primer lugar. Tenemos que tener la oraciĂłn como algo continuo, no solamente orar
por situaciones especĂficas que nos pasen, orar cuando estemos pasándola mal, sino tener esta
relaciĂłn con Dios diariamente y continuamente. Para poder ser constantes en la oraciĂłn necesitamos ser
comprometidos y tener disciplina, y para nosotros puede realmente estar comprometidos con la oraciĂłn
tenemos que tomar una decisiĂłn firme. Porque en realidad no podemos ser constantes en la
oraciĂłn si nosotros no nos proponemos a hacerlo, sino tomamos esta decisiĂłn y no tenemos disciplina
para cumplirlo. Debemos recordar que a través de la oración es como nosotros vamos a vencer las
tentaciones. Jesús nos dijo qué velemos y oremos para que no entremos en tentación, y la oración
se vuelve tan difĂcil porque en realidad la oraciĂłn es una disciplina. Cuando nosotros
tenemos disciplina nosotros podemos obligar a nuestra carne a hacer lo que no quiere hacer, si
nosotros no queremos orar pero tenemos disciplina lo vamos a hacer aunque no queramos, y mientras más
lo hacemos, mientras más disciplinados somos mucho más fácil se nos va a hacer orar y es como un
Boomerang, cuando nosotros somos comprometidos el EspĂritu Santo nos va a guiar en la oraciĂłn, cuando
el EspĂritu Santo no guĂa en la oraciĂłn entonces se nos hace más fácil orar y mantenernos en constante
comuniĂłn con Dios. Otra razĂłn por la cual se te dificulta orar es porque tienes muchas distracciones.
Una de las cosas que nos hace tan difĂcil orar es todas las distracciones que tenemos a nuestro
alrededor, muchas veces empezamos a orar con el celular cerca, eso nos dificulta la oraciĂłn, muchas veces
tenemos cosas en nuestra mente que nos distraen, que tenemos que despejar nuestra mente antes de
orar. AsĂ que debemos dejar las distracciones y la pereza y entender que muchas veces no oramos
no es por falta de tiempo sino por falta de disposiciĂłn. Y porque realmente no hemos puesto a
Dios como una prioridad de nuestras vidas. Algo muy importante también es que necesitamos la
palabra, cuando nosotros tenemos la palabra y la estudiamos, la leemos, la misma palabra de Dios
va a producir fe en nosotros, y cada vez más nos va a dar impulso para nosotros orar, se nos va a
ser mucho más fácil orar cuando nosotros estamos en constante contacto con la palabra de Dios.
Esto va a producir más deseo en nosotros de orar. Y recordar también queremos orar para
que Dios nos ayude a orar para que ellos nos dĂ© esa fuerza, ese ánimo, para que el EspĂritu Santo
venga y dirija nuestra oraciĂłn, para que Él nos guĂe en la oraciĂłn, en nuestra vida, que nos ayude a ser
obedientes, a permanecer en él, en su palabra, y saber que su voluntad es la que se va a hacer
en nuestras vidas. No te olvides de descargar mi libro devocional y suscrĂbete a nuestro canal
0 Comentarios