El temor de Jehová es para vida, Y con él vivirá lleno de reposo el hombre; No será visitado de mal (Proverbios 19:23).
Vivimos todos los días por la gracia de Dios, Él es nuestro Padre, nuestro Creador, Él nos ama y nos cuida pues somos sus hijos. Debemos tener temor a Dios, pero no como el que se le tiene a una persona que puede dañar nuestra integridad, sino como el respeto que se le tiene a un padre, esa conexión inexplicable que le aporta cualidades inherentes y arraigadas a nuestra personalidad y por eso muchas veces actuamos de una forma u otra. Pues es así, nuestro Padre celestial se comunica con nosotros a través de su Palabra y de la oración, de esta forma él nos enseña lo que es correcto y lo que no. Nuestro Padre se preocupa tanto por nosotros que dejó miles de enseñanzas y promesas en la Biblia para que podamos tener una vida plena, llena de alegrías y bendiciones. Es tanto así que nos dice qué alimentos nos hacen bien y cuáles no; nos habla de que la tristeza nos enferma, que debemos amar, son tantas enseñanzas que se encuentran en su Palabra. Cuando entendemos cada una de ellas y le tenemos temor a Dios, consciente e inconscientemente actuamos de buena fe, somos buenas personas, ese temor nos ayuda a no caer en muchos problemas, es esa vocecita llamada quizás conciencia que no nos dejas caer en la tentación cuando estamos a punto de ceder ante ella. Es ese temor que nos lleva por los senderos del bien, trae paz a nuestra vida, tranquilidad a nuestro sueño, fortaleza, esperanza y alegrías. Está en nosotros escuchar a nuestro Dios y tener presente sus enseñanzas.
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