Por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandĂsimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupciĂłn que hay en el mundo a causa de la concupiscencia (2 Pedro 1:4).
A lo largo de la Biblia Dios nos ha dejado miles de promesas que nos dan esperanza y fomentan nuestra Fe. Debemos apropiarnos de cada una de ellas para fortalecer nuestra vida y sentirnos más cerca de nuestro Dios. Al escrudiñar la Palabra de Dios y conocer cada una de estas promesas experimentamos una transformaciĂłn. Porque estudiando la Biblia y con la inspiraciĂłn del EspĂritu Santo, Dios nos habla, nos da respuesta a muchas de nuestras dudas y nos ayuda a cambiar cualquier situaciĂłn por la que estemos pasando. Hay tantas experiencias de cambio en la vida cristiana. Es que estando en comuniĂłn con Dios a travĂ©s de su Palabra y la oraciĂłn, los ladrones se vuelven honrados, los alcohĂłlicos y drogadictos se desintoxican, la depresiĂłn se vuelve alegrĂa, la desesperaciĂłn, tranquilidad; la dependencia, libertad; el odio, perdĂłn, y asĂ un sinfĂn de situaciones donde la Gloria de Dios se manifiesta. Cuando las promesas encontradas en la palabra de Dios se vuelven preciosas e invaluables para nosotros, ocurren cambios en lo más Ăntimo de nuestro ser, nuestro corazĂłn se renueva y la fe en Dios aumenta y se fortifica. Abracemos fuertes estas promesas y sintámonos fortalecidos para que nuestra Fe no se desmorone, la duda no nos invada y la esperanza siempre surja. Estudiemos la Palabra de Dios todos los dĂas para asĂ conocerle aĂşn más.
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